viernes, 4 de enero de 2008

La unión de dos almas

Orgulloso caballero de sendas escondidas,
inseguro caminante de caminos empedrados,
asocial ser ambiguo de esperanzas perdidas.
vulgar guerrero que un día quiso ser mago,


Déjame secar las lágrimas de tu guerra inacabada,
de la ira homicida que albergas por esa mujer.
Quiero hallar la piedad bajo tu terca armadura
y aferrarla bien fuerte al contorno de tu alma


Déjame morir con los dedos arrugados postrado en cama,
en un cuerpo anciano que apenas se pueda mover.
Quiero enseñarte el poder de mis tristes versos
y convertir en inocente pluma tu hiriente espada


Anciano álamo de ramas esqueléticas y marchitas,
arragaido espectador de vidas ya pasadas,
natural ser poderoso de energia infinita,
inamovible defensor que siempre amó la paz.
Déjame fundirme en la rugosidad de tu piel,
en el silencio eterno de tu alma solitaria.
Quiero vivir contigo de hoy para siempre
y llorar torrentes de agua que te hagan crecer.


Déjame morir en tus palabras de dulce miel,
en los riscos empinados de mis tierras baldías.
Quiero volver a ser el cachorro inocente
y recitar mil poesías que me hagan renacer.


Álamo cansado por el paso de los años,
caballero hastiado de campañas del pasado
Vida y muerte, silencio y alboroto
fundid vuestras almas en un solo ser.

Rafael Reina