miércoles, 13 de febrero de 2008

Un buen día

La expectación se adueña de mi, poderosa, tilitante...en silencio se me apodera hasta controlarme por completo.
Silencio, es lo único que pido, necesito escapar de este mundo, pero estoy atado a él por cadenas invisibles que no puedo romper.
El tiempo se hace eterno....soledad....e inesperanza en el futuro. Las rosas se muestran bellas y negras en su jarrón, pero al alargar la mano se rompe el cristal.
Y no entiendo el porqué, soy un ser insensible, incapaz de controlar mis ideas y mis sentimientos.
Vuelan, rodeándome y riéndose de mi, hasta que estallo...y grito...y solo se oye el silencio. Mi voz no funciona....
Salta, es lo único que se repite en mi mente, y veo la ventana al otro lado de la habitación. ¡SALTA!, ahora lo grita con tanta fuerza que no logro resistirme.
Y la habitación se hace más y más pequeña...y miles de escritos leídos rondan mi cabeza....y escapan en un cóctel de ideas sin buen sabor.
Locura, no hay otra razón, caigo lentamente en sus garras y no podré escapar....incompresión, me incomoda, me hiere más que miles de espadas, más que cientos de palabras.
Y despierto...solo recuerdo lloros, enfados y de pronto esperanzas..., pero despierto y se difuminan, se desvanecen con la luz del Sol.
Hoy toca ir a clase...será un buen día.

Rafael Reina