viernes, 19 de noviembre de 2010

Infamia


Ahora que ya enflaquecen los árboles
con sus ateridas ramas esqueléticas,
serán mis huesos, desquiciados de frío
los que pudran, acuosos, los bancos de madera.

La veré pasar, clavada en mi memoria,
con su piel de ajada belleza indemne,
confundiéndose en las grises calles río
con los caminantes sin rumbo de su acera.



El estrépito de hojas, muriendo inertes
para tejer con su caida las más pérfidas
alfombras de esperanzas y victorias,

esconde hombres infieles, infames mujeres,
humanos, sin más, que dibujan, ajenos
los más macabros retazos de mi historia.

Rafael Reina