-¿Lo oyes? -No...
-Reconoce la belleza de su voz.
-¡Yo solo oigo silencio!.
-¡Claro!¿qué esperabas?
-Cualquier cosa, menos nada.
-Te queda mucho por aprender.
-Reconoce la belleza de su voz.
-¡Yo solo oigo silencio!.
-¡Claro!¿qué esperabas?
-Cualquier cosa, menos nada.
-Te queda mucho por aprender.
Rafael Reina