domingo, 31 de agosto de 2008

Huyes

¿De qué sirvieron los galeones
de cañones cubiertos en su popa
si por la ausencia de tu ropa
conquistáronse mil naciones?

¿De qué sirvieron mis canciones
trenzadas con versos muertos
si tan sólo con un beso
hiciste trizas mis pasiones?

Si de entre todas las damas
te elegí a ti, triste celosa
de tus profundos sentimientos.

Tú elegiste, por contra, huir
negando a quién te busca
cualquier posible encuentro.

Rafael Reina

Nadie

Nadie estuvo juntó a mi
cuando trencé el primer verso,
ni en los postreros días
que siguieron a aquel encuentro.

Nadie estuvo allí cuando
la poesía se adueñó de mis sueños
ni cuando en la mañana probé
el regusto amargo del recuerdo.

Por la inspiración que pegó
a mi esta triste melodía,
por el sonido hueco y sordo

del primer y último beso,
por la esperanza perdida
escribiré mil nuevos sonetos.


Rafael Reina