Es bastante para mi
la patria chica sin bandera,
con sus campos y sus flores,
y su cara verde en primavera.
Y en inviernos yermos prados
de marrones y tostados,
ríos muertos, antes mares
y sus viejos con cayado.
Y los olmos centenarios
de mi pueblo descuidado
son regalo para mi
más preciado que un castillo:
ser marqués es baladí
comparado con los niños
que, en mis calles, rien,
juegan y comparten chascarrilos.
Rafael Reina
la patria chica sin bandera,
con sus campos y sus flores,
y su cara verde en primavera.
Y en inviernos yermos prados
de marrones y tostados,
ríos muertos, antes mares
y sus viejos con cayado.
Y los olmos centenarios
de mi pueblo descuidado
son regalo para mi
más preciado que un castillo:
ser marqués es baladí
comparado con los niños
que, en mis calles, rien,
juegan y comparten chascarrilos.
Rafael Reina