viernes, 24 de octubre de 2008

Rendición

Escrita hace mucho tiempo:


Anoche soñé contigo, y recuerdo que fui feliz.
Pero al despertar en la mañana, envuelta mi alma
del calor que otrora me dabas, recordé también
que no te amaba.

Y de las emociones en triste preso me convertí.
Cual traidor de las esperanzas entregadas,
de la lucha eterna, del pánico que me hizo huir
de la cruda batalla.

Y hoy desperté, de llanto cubiertas las mejillas,
por no poder recordar el error imperdornable
que me alejará por siempre de ti.

Y dejaré, de nuevo, mi collar junto a la mesilla,
para soñar que contigo camino y poderte decir
que hallarás en mi un amigo si lo pretendes así.

Rafael Reina

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