...quedaron los besos, los abrazos robados,
los labios, los ojos, las lenguas, las manos.
La lucha de mi sístole y mi diástole por alcanzar
el ritmo taquicárdico de tu corazón agitado.
Quedó tu sonrisa, quedó tu mirada, quedaron suspiros...
y un colmillo hiriente en la comisura de tus labios.
Quedaron juegos, mentiras, palabras...
los cuentos, las letras, los halagos;
los sudores, el olor de tu piel, las miradas furtivas,
quedaron los ojos marrones, las caricias veladas,
la voz dulce y tranquila de Ismael Serrano.
Quedaron mil sueños, mil esperanzas...
y una poesía escrita en papel.
Rafael Reina
los labios, los ojos, las lenguas, las manos.
La lucha de mi sístole y mi diástole por alcanzar
el ritmo taquicárdico de tu corazón agitado.
Quedó tu sonrisa, quedó tu mirada, quedaron suspiros...
y un colmillo hiriente en la comisura de tus labios.
Quedaron juegos, mentiras, palabras...
los cuentos, las letras, los halagos;
los sudores, el olor de tu piel, las miradas furtivas,
quedaron los ojos marrones, las caricias veladas,
la voz dulce y tranquila de Ismael Serrano.
Quedaron mil sueños, mil esperanzas...
y una poesía escrita en papel.
Rafael Reina
1 comentario:
es precioso...
sencillo, tal cual...
pero suena genial...
:)
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