del renacimiento de las cenizas del niño que fue.
Cual perfume embriagador le llama el silencio, el llanto
de las rosas marchitas que brillaron ayer.
Y los amigos le envuelven, le arropan con sus brazos
compartiendo el dolor, tatuado a fuego en su piel.
Cual golondrinas que cada año regresan a su nido
volverá el recuerdo cada día, sin abandonar nunca su

Mas el tiempo pasará, y del amor nacerá un hombre,
que derecho en sus quehaceres se repondrá del dolor,
Y cuando en soledad se ahogue pensado que la olvidará
casi sentirá los besos que en la infancia ella le dio.
Rafael Reina
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